Armas Biológicas

El objetivo de un arma biológica es muy similar al de un arma química, que consiste en matar o discapacitar a un individuo, sin embargo, se diferencia en la manera en la cual el arma biológica incluye el uso de cualquier patógeno, que puede ser una bacteria o un virus o cualquier microorganismo que libere toxinas y pueda causar daño.


Tipos de Armas



Al igual que las químicas, las armas biológicas se clasifican en diversos tipos y métodos de implementación. Entre los principales, están:
1. Bacterias: Son fáciles de cultivar, se reproducen rápidamente y son tratados con antibióticos.
2. Virus: Requieren de una célula a la cual atacar para poder reproducirse. No pueden ser atacados fácilmente con antibióticos, por lo que requieren de mayor investigación.
3. Toxinas: Son sustancias venosas que pueden extraerse de el medio, como en plantas, animales o microorganismos.
4. Rickettsias: Son bacterias producidas por la Rickettsiosis, que viven en ácaros, pulgas y piojos, y por ello su fácil transmisión.









Cultivación

Generalmente, el cultivo de dichas armas es bastante complicado, debido a que la mayoría de estos microorganismos no son estables y se alteran a causa de cambios mínimos en el ambiente, como lo es la temperatura. No obstante, hay excepciones, como lo es el ántrax.



Formas de Dispersión

El uso de estas armas es un factor impredecible, que toma al individuo de manera desprevenida, y sin que éste se de cuenta hasta que los síntomas se manifiestan. Se distinguen 3 formas de dispersión básicas, que son:
1. Aerosoles: Mediante un rocío, generalmente desde aviones o misiles, usado militarmente.
2. Animales: Se infectan intencionalmente una especia, que posteriormente es liberada en el objetivo para así causar la propagación de la enfermedad.
3. Contaminación de Alimentos y Agua: Los recursos básicos para que un humano sobreviva son ingerir alimentos y agua. Si estos están contaminados, la enfermedad se propagará rápidamente en un rango muy extenso.



Usos Históricos

Principalmente, las armas biológicas han sido implementadas en guerras y periodos de conflicto militar. Se ha caracterizado por usar humos, gases, vapores y nieblas que poseen microorganismos transmisores de enfermedades para así causar una enfermedad en la población enemiga. La liberación de estos vapores causan básicamente un daño en el sistema respiratorio y un daño a nivel inmunológico. En un principio, se implementó óxido sulfúrico, y a medida que avanza el tiempo, también lo hace la tecnología, y por ello el uso de sustancias más nocivas. Hace unos años, el ántrax era enviado por el sistema de correo, a funcionarios del gobierno, causando así enfermedades y muertes de algunos individuos. Esto se dio con el objetivo de causar pánico entre las personas, ya que una sustancia mortal podía llegar por un medio muy común, a cualquier persona.
En la primera guerra mundial se implementa el uso de gases venenosos y gases asfixiantes.
En 1925, se firma el protocolo de Ginebra, en donde se prohíbe el uso, producción y almacenamiento de armas químicas y biológicas.
No obstante, a pesar de eso, de 1983 a 1988, las armas biológicas son comunes en las guerras de Irak e Irán.

Opinión 

Actualmente varios países están bajo observación con el fin de monitorear sus actividades en relación con químicos y productos biológicos. Ambos tipos de armas (químicas y biológicas) no tiene en absoluto la más mínima justificación para ser usadas, puesto que al hacerlo, se vulneran todo tipos de valores, se atenta contra la integridad personal y las consecuencias en un futuro puede significar el desalojamiento de la zona. Al usar un arma de este tipo, no solo se ataca a un enemigo, también se ataca toda una población, que aunque no tiene nada que ver con el conflicto, es de hecho uno de los principales afectados por la guerra y la falta de tolerancia por parte de organizaciones políticas. Para evitar su uso, se han realizado pocas pero significativas reuniones en torno a erradicar su uso, y se ha logrado limitar su producción. Sin embargo, limitar no es suficiente, puesto que significa que permanecen almacenadas para tal vez algún día usarlas y de esta manera intimidar al oponente. Las armas químicas y biológicas deben ser eliminadas en su totalidad, puesto que aunque son las menos comunes, pueden incluso llegar a compararse con la magnitud de un arma nuclear, y por ello la urgencia de suprimirlas. Es de hecho un compromiso internacional, en el que todos debemos ceder la opinión y llegar a un acuerdo, que permita la construcción de relaciones humanitarias.
Por: Daniel Romero



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